No pude contener la tormenta intestinal
que se abalanzó sobre nuestra eternidad
contamine tu sangre con mi sal y mi duda
residí en la ola que te hizo zozobrar
mas no fui puerto, mas no fui respuesta,
solo florecí en aquel mar que te hace temblar
en la tierna pasión que has deseado negar
en el vértice que descubre lo irracional
Te aferras a tus temores y miserias
a la familiar textura de la madera
que rememora la segura barcaza
de lo pasado y rutinario
¿Volverás a la frágil tierra,
volverás a cobijarte en los valles
de la soledad o te quedaras
dormida en la danzante profundidad?
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