24 abr 2008

Uno puede gastar muchas palabras y hacer sesudos análisis o reflexiones sobre la incongruencia que existe entre el nivel discursivo y la práctica cotidiana de las personas e instituciones, pero dicho ejercicio intelectual no sería ningún aporte para la sociedad ya que es parte del sentido común que entre el dicho y el hecho hay mucho trecho como señala el refrán. Esta inconsistencia es pan de cada día así que solo me limitare a contar un par de anécdotas (¿? no sé que tan anécdotas, pero fueron cosas que pasaron hoy) para ilustrar algunas de estas contradicciones que me son mas cercanas.

En la mañana cuando fui al trabajo de mi madre, me llamaron la atención las obras de construcción que se realizaban a los pies de la torre 15. más tarde le pregunte, que qué estaban haciendo allí. No era mas que una reja para evitar que los indigentes durmiesen a los pies de la torre. Es así cómo la universidad publica y orientadas las necesidades de nuestro pueblo responde a una de las problemáticas más complejas de nuestra sociedad, es así como la universidad que forma profesionales con vocación publica responde a lo que sucede en su entorno.

Cuando caminaba hacia el metro U. Católica por Portugal, me encontré con un conocido. Lo primero y casi lo único que me preguntó, fue porque no estaba en la marcha, y luego se divirtió al compararme con Fernando Villegas (Puaj!) y todos esos viejos que se quejan y hablan sobre el cambio social pero que no hacen nada para construir esa “nueva” sociedad. Así que después de eso me fui con esa vieja sensación de culpa, que me agarra cuando creo que no hago lo suficiente por las cosas en las que creo.

Y para finalizar, un comentario sobre la misma marcha a la cual no asistí, es como podemos ver como la clase política transversalmente habla de democracia y de libertad de expresión sin reparar en los actos de represión y violencia que tienen que sufrir quienes quedaron marginados de la repartición de las cuotas de poder.

Por eso mi consejo o conclusión es que uno debe recordar lo que se dijo al momento de decidir que hacer y actuar y esperar que la proxima vez la distancia sea mínima. No es la una gran verdad, ni un racionamiento muy complejo, pero a veces las cosas más simples son las que más cuestan.

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