22 oct 2007

Tomó una piedra y la lanzó al zorrillo que venía desde la calle San Martín. Varias piedras pegaron en el vehiculo, otras solamente pasaron cerca, pero ninguna logro hacerle algún daño. Después del acto de violencia simbolica los encapuchados corrieron hacia San Ignacio, para huir de los gases, del guanaco y de un piquete de las FFEE que se asomaba por la alameda.

Se reagrupan al llegar a la primera esquina. Desde Ahí gritan contra el gobierno, contra los pacos, contra la opresión y el sistema. Cuesta respirar. Descansan unos segundos, antes de que vuelva a ponerse en marcha la cadena de reacciones. Luego el zorrillo vuelve a reaparecer por Alonso de Ovalle, hace un par de pasadas mientras el correteo de otro piquete de pacos y su propio cansancio termina por disolverlos.

Cuando vuelven a reagruparse están ya lejos del teatro de operaciones, compartiendo anécdotas, unas cervezas y un almuerzo en el departamento de uno de los camaradas que vivía a minutos del centro. Ven las noticias del mediodía, revisan las imágenes por si aparecen en la tele, bajo la etiqueta de “delincuentes” que les han colgado uniformemente los periodistas que narran con escándalo los disturbios en la capital.

A media tarde, todos se van a sus respectivas casas, algunos con la sensación de que todo sigue igual más allá de que hayan pasado toda la mañana proclamando el cambio que vendrá.

Es el breve rito de pedir un cambio. Herencia de la otra tradición.

2 comentarios:

  1. Otra tradicion (con mayuscula). la cuestion es si acaso los ritos son invalidantes. Parece que progresivamente se borro la primera persona del texto; ¿esa es la condicion para hablar de un ritual?

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  2. Lejos de cierto dejo de deja vu
    cotejo muy perplejo lo que dices tu

    oh, la wea imbecil que escribi....

    El punto de lo que camarada C.C. plantea lo relaciono con la definición de tradición: Entrega a alguien de algo, transmitir, etc, etc.
    A menos que creamos que la revolución (cambio) se realice con sólo ua generación, o de forma individual, la tradición no tendría sentido.

    Ahora bien, quizás lo desilucionante es que por más que seamos los primeros en tirar las piedras, jesús se nos impone igual siempre, y empezamos a creer que no ser pecadores es inútil, y terminamos pecando (que en mi metafora no es un hacer, sino dejarse hacer).

    Quizás es necesario un cambio en la forma de pedir cambios. Aunque en la calle eso no lo veo muy posible, en tanto a la "violencia simbolica" se le responde con "violencia simbolica"... de otra manera sería no entender qué determina más qué.

    Por ultímo, aunque ese día no signifique mucho, se pasó bien, y al final de cuenta lo que se persigue con la revolución es que podamos pasarla mejor de lo que la pasamos ahora.

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