24 jun 2008

Después del Olvido

Armados con su ignorancia y sumisión,
embisten los jinetes del egoísmo
que a sablazos imponen su represión
en nombre del orden, del pueblo y de dios
contra la bestia de mil cabezas tristes
que ronda las calles de la capital.
Granizan piedras, la fiera se resiste
en estéril simulacro de batalla
descuartizada, acallada, domada
humillada, escupen en sus mil caras
se desangra, muere y se esfuma olvidada
en el mutismo que imponen sus aullidos


Adviene el hedor del putrefacto verde
llora, influido por la esencia de muerte,
el indiferente público que pierde.
Los voyeristas observan con escándalo
alzan la voz, acusarán a la bestia
de levantar la tierra contra el acero
y todos simulando neutral modestia
pintan agonías, omintiendo cantos,
dibujan las sonrisas ideológicas
con las que disimulan este silencio.
Amputadas mil voces antagónicas,
la verdad duerme ya en gris monotonía.


Luego vuelve todo a circular, girar
sobre aquello que nos parece normal
sin notar la ausencia bestial, sin amar
sin recordar el rostro de quien no tuvo
un amigo que llorase en su memoria,
funeral, epígrafe, lapida, flores,
ni enemigo que ironice con su histeria.
Yace ahora en fosa común del olvido,
a pesar de que su dolor sigue vivo
en las derrotas que se repiten como
símbolos, gestos anémicos que escribo
sin aprender a descifrar su sentido

1 comentario:

  1. Solo quiero hacer notar el esfuerzo y dedicación puesto en la metrica de esta cosa, porque se que nadie se va a fijar y a nadie le va interesar...

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